viernes, 14 de mayo de 2010

LA EDUCACIÓN COMO CONQUISTA



A la llegada de los españoles al continente americano, procedieron a colonizar los pueblos indígenas y al transcurso de los años lograron someterlos, apoyados principalmente por la religión y la iglesia comenzaron a impartir la alfabetización de los indígenas siendo los frailes franciscanos los encargados de esta tarea, así los tres flamencos establecieron una pequeña escuela en el valle de Texcoco en donde se les enseñaba a los hijos de principales y antiguos gobernantes a leer, escribir, cantar y a tocar sus propios instrumentos musicales además de la doctrina cristiana, siguiendo la política educativa de la corona.

Después llegaron a la Nueva España los denominados “Doce” que eran frailes apostólicos de carácter oficial que tenían la labor de evangelizar y llevar misiones para educar a los indígenas, manifestando se propósito de educar a sus hijos niños y mozuelos, adoptando mayor autoridad que los tres flamencos.

La obra educativa de niños iniciada en Texcoco por los tres flamencos fue heredada por los doce, expandiendo la educación a lo largo y ancho de la Nueva España; al no conocer ni hablar la lengua de los nativos los frailes tuvieron que idear nuevos métodos de enseñanza y encontraron la solución al apoyarse de las artes, pues por medio de la música, la danza, el teatro, la pintura, lograron captar la atención de los pequeños y comunicarse de manera efectiva.

Los centros educativos estaban localizados siempre al lado del templo o iglesia, acondicionando los monasterios y brindándoles dormitorios, refectorio y una devota capilla. Además es importante mencionar que se adoptaron algunos sistemas de las escuelas antiguas, el Calmecac y el tepochcalli, sobre todo la disciplina y el respeto por su maestro.

Se les enseño a levantarse a medianoche para rezar, en la mañana y en sus horas, además se les enseño a disciplinarse con azotes y haciendo oraciones mentales promoviendo diversos castigos corporales por simples y pequeñas faltas siendo una medida un tanto cruel pero como enunciaban los maestros “la letra con sangre entra”. Aunque algunos historiadores mencionaban que los castigos impartidos por los frailes no eran comparados en intensidad con los recibidos en las escuelas antiguas.

Se les enseño a predicar y compartir con los suyos los conocimientos adquiridos en los monasterios, e incluso muchos de ellos adoptaron con tal amor a la doctrina cristiana que lograron superar a sus maestros en cuanto a la intensidad de la oratoria, la penitencia y hasta lograron destruir las estatuas de sus antiguos dioses en nombre del dios verdadero y de la iglesia. Como se menciona en el texto “eran jubilosos destructores de templos e ídolos, y terribles delatores de los mayores idolatras clandestinos”. Además de llegar a acecinar a personas de su propio pueblo.

En relación con la lectura de “el humanismo y la educación en la Nueva España” se encuentra que se emplea el mismo sistema tomando a la doctrina cristiana como principal arma, y un aspecto interesante es la implementación de ordenanzas para que una persona lograra ser maestro, por ejemplo:

“Que ningún maestro de los que conforme las ordenanzas fuere examinado, puede poner su escuela junto a otro que lo esté, salvo si la tuviere dos cuadras de donde estuviere el dicho maestro.”

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